Editorial Alas
Barcelona
D.L.: B-21.414/1965
Gracias a Vicente Baños Galindo
Emilio el Moro puede muy bien decirse que es un artista que ha logrado ganarse a pulso, mediante su labor, su tesón y su trabajo, al público que le sigue y admira. Apenas ha aparecido ante las cámaras de televisión, medio que con mayor facilidad puede promocionar a los intérpretes, pero el público español conoce sobradamente a Emilio el Moro, y sus discos son de los que alcanzan un buen y envidiable nivel de ventas.
Como él mismo dice, apenas puede recordar el primer día que pisó un escenario, pues lleva la vocación en su sangre, desde su nacimiento. Cuando comenzó a destacar, lo hizo vestido tal como iba en su tierra natal, de ahí su sobrenombre, y la indumentaria que le acompaña en todos las actuaciones y en todos los escenarios.
La forma de interpretar de Emilio el Moro es personal y difícil. El mismo caricaturiza las creaciones más en boga, para ofrecerlas al público que le aplaude, desde «El relicario» hasta «Ho capito que ti amo». Es el primer intérprete masculino en este género, cuya bandera populariza, con faldas, la triunfadora Mary Santpere.
En sus actuaciones se acompaña a la guitarra, recita, explica chistes, es un magnífico showman, tal como ahora se busca en las figuras del espectáculo.
Preferentemente actúa en las galas de las estrellas de arte flamenco; uno de sus últimos éxitos lo consiguió en el Circo Price, de Madrid, acostumbrado a mimarle con sus aplausos en sus actuaciones junto a Pepe Pinto, Manolo el Malagueño, etc.
Hoy ofrecemos, una vez más en esta colección, los éxitos de este «as» que, acompañado por su guitarra, cantaría: «Un día de San Eugeniio, yendo hacia el parque la conocí...».
Parodia original de Emilio el Moro
María de la U
que desgraciaíta tú eres, morena,
por culpa de un zulú.
Te quieres reí,
pero los ojitos los tienes llenos de legañas
y no los puedes abrir.
¡Mardito parné, pues por su curpita
compraste el butano
que te hizo puré!...
¡Castigo de Dios
castigo de Dios,
es esa joroba
que llevas a cuestas
María de la U!...
Estribillo
Para tu cuello, collares
para tus manos caenas
y pá tu cuerpo desgarbao
te voy a arrear cien palos
a ver si te enderezas.
Serás más que reina
me dijo el cipayo
y yo lo creí,
mi radio y el loro
daría yo ahora por irme a Madrid.
La vía que le pía,
la vía me da
que pa eso mi hombre
desea que me tire al tren
pá no verme más.
Parodia
Original de Emilio «El Moro»
Un domingo de piñata
un ratero le robó
a la dueña de una tienda
dos zapatos y un camisón.
La dueña, desesperada,
corre y grita, de repente: «¡A ese!»
y con un palo en la mano
va preguntándole a la gente:
«¿No han visto correr un ratero
con veinte años sin flor,
con la tiricia en la cara
y arrastrando un camisón?
Es un ratero y me ha robado;
mirarme de dolor rota,
el corazón derretío
y las arpargate rota.»
Por las tascas lo buscaron,
pero nadie lo encontró,
y la noche avanzando
y pegando tropezón.
La dueña, desesperada,
no encuentra remedio urbano,
cuando llaman a la puerta
y un buen guardia se presenta
con un perro de la mano.
Fandango
Ya el ratero ha parecío,
mirar mi emoción sin freno.
Ya el ratero ha parecío
y que lo que a mí me robaba
se lo ha dao a un verdulero
por dos canastos de haba.
Mi camello «Lucero» fue mi alegría
El mejor compañero de travesía
No quería caravana
por ir conmigo
y en vez de agua bebía
«fanta» con vino
Pero una noche rendío
un oasis divisé
y cuando quedé dormido
en la ruina desperté.
No siento los collares que me robaron
sino el pobre camello que me lisiaron
Algo le tiraron pesao como un hierro
maldita sea el canalla
que hirió al camello.
Me ayudaron tres indios
a hacer la fosa
y enterré a mi camello
y sus dos jorobas
pero cuando me venia
la arena se meneó
y es que el camello vivía
y llorábamos los dos.
De lo que me robaron me importa un
comino
si tengo a mi camello siempre conmigo
A pasito corto
nos fuimos a casa
y se hinchó de mosto
con mucha gracia
Marditas sean las manos
que matan a un oso
Parodia original de Emilio el Moro
Ay, llamarme por soleá
llamarme por soleá
como me llamó mi mare
ay, ay, al mes y medio de casá.
Que no llamarme a mí Cacilda
no me llaméis Cacilda,
llamarme por soleá.
Eran dos grandes tapones
los que tapaban sus oídos
era muy larga y morena
la cara como una trompa
y del color de la tierra
que no ha visto el agua clara
desde antes de la guerra.
Caballo peor esquilao
y peor atalajao
ningún andaluz lo ronca. (Lo sueña).
Ni traje peor cortao
que el que lucía su doña,
era de lata el herraje.
Ay de los cuatro burrero
que no eran cuatro mulero
que los dueños de las burras, mamita mía,
era el cuarto y el primero.
El de la burra tolda
El de la burra tolda
el de la burra tolda, mamita mía,
no llegó al río, no llegó al río, no llegó al río.
Porque estaba lloviendo en el campo,
en el campo está lloviendo
y no tenía paragua
ni había comío.
Letra: L. B. de Bonald
Música: Aldeny
Mambrú se va a la guerra
carabí, carabí, que pena
Mambrú se va a la guerra
porque se va a casar.
¡Ay, Mambrú! ¡Ay, Mambrú!
¡Qué imbécil eres tú!
Mambrú como un pobre hombre
el anzuelo ya picó:
se enamoró de la Pepa
y la guerra comenzó.
Mambrú discute con gritos,
la Pepa, con alborotos,
los infelices vecinos
tienen los oídos rotos.
Mambrú se fue a la guerra
carabí, carabí, que pena
Mambrú se fue a la guerra
después que se casó
¡Ay, Mambrú! ¡Ay, Mambrú!
¡Qué idiota fuiste tú!
Mambrú que se vio perdido
una noche se fugó,
y la Pepa le echo el guante
y encima le sacudió
Entre gasas y algodones
el pobre Mambrú pensó
que se casó en martes y trece
y así el casorio salió.
Coda
Un autobús despistado
a la Pepa ya chafó;
Mambrú se vistió de luto
y al chófer gratificó.
Parodia original de Emilio «El Moro»
Tiene el color de la jeta,
negro como el regalís,
y lleva en la boca bocera
y en la mano un calcetín.
De un carro de la basura
la sacaron cuando chica,
y hoy tiene ya veinte años
y huele a coles, pescao y lechuga.
Palabras que lleva el rumbo
tan negras como el carbón,
el poso del tío Raimundo
sintió el profundo cante simplón.
A quien le vendo el aceit
del que no sale para otro lado,
pues tengo catorce litros
en mi despensa, bien achantao.
De aceitunas sevillanas,
quien me compra un litro a mí.
El de soja y avellanas
es el que se queda aquí.
Cuatro kilos de trinita
voy poniendo en los lugares
por donde mi suegra pasa,
y hecha polvo de la casa
mañana, mañana sale.
Yendo de chusma en la moto
corriendo a todo correr,
mi novia anoche se ha roto
el hueso del peroné.
Como el golpe le dolía,
a la Casa de Socorro
la llevaron en seguía,
pues le salía sangre del morro
Quizás una jarra de tinto
mi novia se trasegó,
como es borracha y lechuza,
buena merluza que se pescó.
Parodia original de Emilio «El Moro»
Han salido en mi huerta dos zanahorias,
dos zanahorias de color amarillo,
que me las ha pedido mi tío, el de Soria,
para comerlas frías con salomillo.
Yo creo que si se las come, revienta,
y esto sí que es jugarle una doble picia,
porque mis zanahorias amarillentas
seguro estoy que sufren de la «tiricia».
Zanahoria, zanahoria, mi copla escucha,
con cebolletas frescas me gustas tanto,
y aunque tienes la cara tan paliducha,
mira como rendido de hambre te canto.
Mi cotorra y mi loro están tristes
porque me han visto ayer rebuznar,
yo sé bien que no soy un borrico,
pero nadie lo sabe apreciar.
Porque vino a decirme el vecino
que mi suegra se quiere asfixiar,
como no tiene gas en su casa,
el Butano le voy a llevar.
Si le falta con una bombona,
dos docenas la pienso comprar,
yo pretendo que la muy bribona,
por marimandona, que se hinche de gas.
Letra: Jiménez, Bonald, Prieto
Música: César Antolín
¡Pero qué salero...!
¡Salero!
Pero que salero tié mi niña
para ponerse el sombrero.
¡Pero que salero!
¡Salero!
Cuando se enfada mi niña
y me hace fregar el suelo.
Y como ríe y como canta,
como le zumba al pandero
mientras yo hago las camas
y saco a pasear al perro.
Mientras yo lavo la ropa
mi niña con su salero
me sacude un escobazo
si mucho jabón le echo.
¡Pero que salero!
¡Salero!
Pero que salero tié mi niña
mientras yo cuido el puchero
¡Pero que salero!
¡Salero!
Cuando se enfada mi niña
atizándome «pá» el pelo.
Con un ladrillazo sangrando en la boca
y con su chivata de pino en la mano
a darse un bañito
por el río iba
D. Antonio Vargas en traje de baño
entre higos y chumbos
la luna lunera
alumbraba menos que te alumbra un gas
y cuando er gitano a sentarse iba
se llenó de espinas la parte de atrás
Antonio Vargas Heredia
flor de la raza calé
tu tienes lleno de espinas
un sitio que no se ve
un sitio que no se ve
De Londres hasta Lucena
de Hamburgo a Benamejí
las moritas de Sierra Morena
se mueren de asco al verte vení.
Era Antonio Vargas Heredia
el gitano
el tío más fachoso y el
más derrotao
y en todas las tascas
de Sierra Morena
to lo que bebía dejaba fiao
pero por culpita de
una mora alemana
de cerveza en Loja
dicen que se hartó
cuarenta guantazos
nublaron sus ojos
y preso en la trena
la turca durmió
Antonio Vargas Heredia
¿qué?
flor de la raza calé
te han dao con la chivata
en medio del peroné
en medio del peroné
de Ceuta hasta Lucena
de Larache a Benamejí
las moritas de Checoslovaquia
se mueren de pena
llorando por ti.
El pueblo quiere enterarse
por qué ando siempre bebío
y yo le digo a la gente
que no se metan en líos
pero tú sabes de sobra
que me dejaste sin parné
te llevaste de la casa
los clavos de la paré.
Me está costando la «vía»
no haberte puesto un barreno
y que el pedazo más chico
llegara a Montevideo
Con esta pena que me trajo la suerte
no hay en el mundo, mi Dios un castigo
es como un toro retratao en mi frente
y está acabando a cornadas conmigo
Decir no quisiera
¡Ay, Ay, Ay! no quisiera
ni a los cuatro vientos
lo que pienso hacer yo contigo
si algún día a mi vera
te encuentro
Ayer tu madre en la calle
me dijo que te buscara
y yo le di un paraguazo
pues tiene tu misma cara
y temblaba como un pulpo
del coraje y la rabia que
me entró
al verla salir de casa
llevándose el escobón
así que dejar que beba
hasta que caiga torcido
pá no acordarme de ella
ni de la madre que la ha perdido
Soy desgraciado como un pollo
por Pascuas
y tengo embotaos los cinco sentidos
hace diez años que a mí me lo decían
y yo nunca me lo había creío
el día que te encuentre
¡Ay, Ay, Ay! quisiera
colgarte de un puente
y tenerte de esta manera
hasta que a mí me crezcan
los dientes.
De lo que debo en la tienda,
no quiero que nadie sepa;
De lo que debo en la tienda
no quiero que nadie sepa.
Prefieres seguir debiendo,
prefieres seguir debiendo,
mientras yo me estoy quedando
planchado como una estera.
Que moderno es el deber
firmando letras y letras,
firmando letras y letras
no te quedas sin comer.
Te traje una lavadora,
también un aspirador
y tú me pides ahora
que compre un televisor.
Que adelanto yo pagando
lo que en la tienda debemos,
que adelanto yo pagando,
tú las has tomao conmigo
y Dios me mande un embargo
si es mentira lo que digo.
II
Que pena me da decirte
que de verte me arrepiento,
que pena me da decirte
que de verte me arrepiento,
que ruina me has buscao,
que ruina me has buscao,
cuando hablé de casamiento.
Que malito es el deber
si compras a plazo los muebles,
si compras a plazo los muebles,
y no tienes pá comer.
Si viene todos los meses
el «tío» de la cartera,
no sabes donde meterte
y me aparto de tu vera.
Que adelanto con quererte
si a mi vera no te tengo,
que adelanto con quererte,
yo estoy sufriendo un castigo
y ya debo hasta los guantes,
la bufanda y el abrigo.
Pasodoble
Parodia
Emilio «El Moro»
I
Me ofrecen correr el mundo entero
desde Aranda de Duero hasta Ciudad Real,
y a cambio me piden un puchero
de patas de cordero y carne «congelá».
Porque estuve comiendo judías
con morcilla, tocino y lacón...
y la Concha, que es vecina mía,
lo vio y en seguida con guasa cantó:
Estribillo
Ni se compra ni se vende
el buen aceite de oliva,
ni se compra ni se vende,
y aunque nadie lo conciba,
hoy vale mucha panoja
el buen aceite de oliva,
el buen aceite de oliva
lo cambian por el de soja.
II
El día que tú me conociste
recuerdo que cogiste una hermosa «tajá».
El susto le diste al dios Baco
y oliste amoníaco como una «condená».
Te ofrecieron un viaje a la China,
te cegaste por un chinarrón...,
yo te dije: «Cuidado, Catalina,
no vuelvas con granos que allí hay mucho arroz».
Estribillo
Ni se compra ni se vende
el cariño de la suegra,
ni se compra ni se vende.
Porque nos deja sin blanca
y luego nos trae la negra...
y la sangre nos enciende,
ni se compra ni se vende
el cariño de la suegra.
Parodia original de Emilio el Moro
Te llamaban la panocha
por tu pelo encarnado,
te llamaban la panocha
pero yo no sé lo que te han echao
que ahora eres una brocha
con cuatro pelos a los lado.
María Manuela. ¿Me escucha?
Yo de vestido no entiendo
pero te gusta de vera ese que te has ponido,
tan largo, tan corto, tan estrecho,
que a lo mejor por la calle se te van
a ver las costillas.
Te sienta que eres una calcamonía
pero cámbiate de ropa mujer, si es un momento
mientras me tomo el té que está muy caliente.
Ponte el del cuello cerrao que te está de
maravilla, y que te llega dos cuarta poncima
de la rodilla. Cada vez que te lo pones
te encuentro tan elegante, que me parece que
veo la trompa de un elefante.
El chumbo que tu me diste era gordo y colorao,
me lo comí sin pelarlo y aquí lo tengo atrancao.
Te quiero sucia y pelúa, como yo te conocí,
no tienes que afeitarte, pa nadie más que pa YO.
Ni tú eres una mora moderna ni quiero que lo aparente,
que yo te prefiero antigua y holiendo a perros caliente.
¿Te cambiaste las enaguas. Pues andando
pa el teatro. Ya verás con qué envidia
nos contempla más de nueve.
Y al salir yo te prometo
cantarte con sentimiento
lo mismo que te cantaba, cuando vandías
pimientos.
Ya no se pinta la cara
la mujer que yo quería,
eya ya no se pinta la cara
huele a colonia barata
y se lava con la toalla
una vez a la semana.
Cuando me ven por la calle
cojío de tu brazo y sin un real
toa las comadres del pueblo
me miran con asco y empiesan hablar.
Que si dale, que si toma,
que si pito, que si flauta,
que un hombre de mi estatura
no es bueno pá una Jirafa.
No te dé a ti miedo, que digan de mí,
que yo no te quiero porque eres más vieja
que el Guadarquivil.
Por mi cuñá te lo juro
que eres pá mi lo tercero
y se me rizan las cejas
cuando te digo te quiero.
No se me importan tus canas,
ni tus piernas tan doblás,
lo que quiero es que comprendas
que puedes ser mi mamá.
Soy de tus perras cautivo,
lo atestigua mi cartera,
y he de aguantar mientras viva,
aunque frito y más quemao
que el palo de una churrera
Tú a lo mejor te imaginas
que por tu dinero te voy a aguantar,
tu Médico dijo hoy
que tienes más vida que un «arangutan».
Que si crema y maquillaje,
cuatro fajas y lo de más,
cuando te veo levantarte
eres una mona pelá.
No te dé a ti miedo
que diga de ti,
que eres más pesada
que cuarenta moscas pegás a la nariz.
Por mi salú te lo juro
que eres pá mi lo noveno
y se me cuaja la sangre
cuando dices, te espero.
No se me importa que grites
ni que cojas el avión
lo que quiero es que te aplaste
muy despacio un camión.
Me voy pá siempre Torcuata,
te llevo en mi petillera
pá aboreser el tabaco
y olvidarme compañera
que te encontré en un Estanco.
Que mira de medio lao
tengo una novia que es bizca
que mira de medio lao
yo pido que me dé un beso
y se lo da al que tiene al lao.
Cuando compra unos zapatos
hay que ver los pies que tiene
cuando compra unos zapatos
que pisas un cocodrilo
y le tapas hasta el rabo.
De la feria de Utrera
el otro día
se escapó un toro bravo
de la corría
cómo mi novia es bizca
vio dos ventanas
subió a la que no era
y está en la cama
Eres bonita
y no te has casado
eres bonita y no te has casao
porque la cara se te ha picao.
¡Que bonetos ojos tingo!
debajo de mi torbante
por encema de mis barbas
Que bonetos ojos tengo yo
porque mi padri me lo ha puesto a me
cuanto yo jera mo pequeño
en los hartos di la cona
ellos queren que me mera
pero si tu no lon denjan que se mueve
pero si tu no lon denjan que se mueve
si niquiera que se menee un poqueto.
Malagueña salaruza
besar tus labios yo quiere
besar tus labios yo quiere
ma malagueña salaruza
y deserte cosa bueno
y deserte niña bueno
que eres linda y hechisira
eres linda y hechisira
malaguenia salaruza
y desirte otra vez niña bueno
que eres linda y hechisira
eres linda y hechisira
como er candó de una ruza
Tu cuerpo lleno de tizne
tus pelos como un erizo
a tu lao no hay quien se arrime
porque me pegas pellizcos
Yo te miraba escondío
separando una por una
las ramas y los lagartos verdes
de verde aceituna.
Cuando saliste del río
con tu bañador de cebra
lo dejaste to teñío
de una capa negra, negra,
Ciego del sol que da Mayo
yo saqué el pañuelo mío
pa quitarme cuatro pulgas
que en mi traje habían caído
Yo reía triunfador
porque le escondí el vestío
y la tuve cuatro meses
zambulléndose en el río
y la tuve cuatro meses
hasta que murió de frío.
Recitado
Cante Flamenco Jondo de las Raíces de
los cimientos de la Alhambra de «Graná».
Cante para estufa: EL POLO.
En Carmona hay una Fuente,
¡y a mí qué!...
con cuarenta o cincuenta caños,
con un letrero que dice:
¡y a mí qué!...
«Viva el Polo en Verano».
«que viva el Polo en Verano».
Una cordera, una cordera, una cordera
de tanto ir a la playa se volvió arena
de tanto ir a la playa se volvió arena
Y con la arena
están haciendo
dos ladrillos
están haciendo
dos ladrillos
pá una escalera.
El cante de la cordera
está demasiao extendio
el cante de la cordera
y yo siempre he preferio
los filetes de ternera
que es lo mejor que he comío
(Parodia de Emilio Jiménez)
Billetes, billetes verdes
pero que equivocación.
Hay muchos que tienen miles
y nunca salen de prisión;
A todo el mundo, señores,
quiero darles mi consejo:
No enseñen billetes verdes,
que ahorrar es lo primero.
Y si quieren ir al fútbol
y se agotan las entradas,
te vas derechito al parque
y te paseas con la criada.
Billetes, billetes verdes
pero que odiosos son:
Los enseñas en cualquier sitio
y te echan la maldición.
Conocí a un pobre muchacho
que era feo y jorobado
enseñó billetes verdes
y hoy está hospitalizado,
pues encontró a una muchacha
que hay miles por ahí
con la tranca de una puerta
le reventó la nariz.
Billetes, billetes verdes,
es una calamidad,
para presumir con ellos
nunca tienen que faltar.
Si te cansas de ir andando
en bicicleta o en tranvía,
no enseñes billetes verdes
que te lo quitan en seguida
Si la radio se te para
y no tienes distracción,
te vas al bar de la esquina
y verás televisión.
Billetes, billetes verdes,
pero que malitos son
por culpa de uno de ellos
tuve yo una indigestión.
Pa que quiere nuestra suegra
esos malditos billetes
si siempre tienen las hijas
que le dan to lo que quieren.
Y si un día te levantas
y te pones a dar gritos
con tus billetitos verdes
serás menos que un mosquito.
Billetes, billetes verdes
eso no vale pa na
y si no sabes llevarlos
te llueve la bofeta
y en la ruina quedarás,
y no servirás pa na.
La luna se está peinando
entre las cañas del río
y un pavo la está mirando
en una charca metío
Cuando llegue la triste mañana
que la luna se marcha del río
el pavito se da cuenta entonces
que se estaba quedando arrecio
Ese pavo enamorao de la luna
que de noche canta triste
clu, clu, clu, clua.
cuando cierran todos los bares
a la una
con su llanto a nadie deja
descansar
los vecinos del poblao
se despiertan
y lo buscan con estacas
preparaos
si lo cojen ese pavo no
lo cuenta
ese pavo de la luna enamorao.
La luna viene esta noche
con una bata teñía
y el pavo de estar en el agua
ha cogío una pulmonía
en los baches de la carretera
dónde caben tres o cuatro
elefantes
se ha metío la luna entera
se ha metío la luna lunera
con el pavo y quieren casarse.
Ese pavo enamorao de la luna
que una mula le ha pegao una patá
con los ojos como huesos de
aceituna
y le ha puesto campanario
el Mayoral
los romeros de los montes
le arañan la frente
los chiquillos lo persiguen
con una alpargata
y el pavito que es bravío
y muy inteligente
dos varillas de paraguas
parecen sus patas
y una vaca distraída
le pisa la cara.
Quiso tocar el trompeta
una dulce melodía
cuando más tranquilo
estaba
le tiraron una sandía
Lloró, el trompeta lloró
y el trompeta lloró
y el trompeta lloró
Quiso asaltar una tienda
que una calle le brindaba
más cuando vio que la dueña
con la escoba le pegaba
Lloró, el trompeta lloró
y el trompeta lloró
y el trompeta lloró.
Dame un poquito de queso
no me importa el empujón
en este mundo de grullos
donde todo es rencor.
Quiso pensar en lo bello
que sería una butifarra
más cuando vio que la gente
también esto le negaba
Lloró, el trompeta lloró
y el trompeta lloró.
y el trompeta llorón.