por Román García Albertos
Abismos. Al raso 2003, Universidad de Granada, 2004, pp. 19-29
Cuando a mediados de los años 60 un hasta entonces desconocido Frank Zappa irrumpió en la bulliciosa escena musical de Los Angeles, no era ningún novato. Era un perro viejo que ya había compuesto un par de bandas sonoras (para películas de serie B, eso sí), había editado una docena de discos sencillos de doo-wop y surf bajo diversas identidades (sin mucho éxito, todo hay que decirlo), había pasado cientos de horas editando cintas en su pequeño estudio de Cucamonga (un cruce de carreteras en mitad de la nada), había aparecido en televisión 'tocando' una bicicleta, y llevaba años ejerciendo de guitarra solista con diversos combos de rhythm & blues en algunos de los locales más infames de California. Además había dirigido una orquesta universitaria interpretando su propia música, le habían rechazado una ópera rock adolescente para televisión, había desistido (de momento) de buscar financiación para rodar una película de ciencia-ficción que había escrito, se había casado, se había divorciado, y además había pasado unos días en la cárcel acusado de grabar cintas pornográficas.
Frank Zappa (1940-1993) nació en la Costa Este de Estados Unidos en el seno de una familia de origen italiano cuando el país estaba a punto de entrar en la Segunda Guerra Mundial, precisamente contra Italia y sus aliados, y vivió su niñez entre las instalaciones y laboratorios militares donde solía trabajar su padre, marcado por el hecho de sentirse un poco extranjero en su propio país. Cuando apenas tenía diez años, su familia se trasladó de costa a costa, y pasó su adolescencia en los años 50 en California, donde vivió de cerca el nacimiento del rock & roll y la explosión de los grupos negros de doo-wop, la brillantina, las fiestas y los bailes multirraciales que podían fácilmente terminar en altercado.
Pero detrás de Zappa no sólo había rock & roll. En su adolescencia en el desierto de Mojave, mientras sus compañeros de instituto hacían pandillas y se gastaban el dinero en trucar sus coches y en salir por ahí haciendo el gamberro con las chicas, él prefería quedarse en casa e ir atesorando una colección de discos con música de los grandes compositores vanguardistas de la primera mitad del siglo XX, 'chicos malos' de la música contemporánea como Edgard Varèse, Igor Stravinsky o Anton Webern. Estudiaba y leía sobre la vida y la obra de todo aquel músico o compositor que hubiera supuesto una ruptura con la tradición anterior, y disfrutaba escuchando esa música e imaginando formas de componer él algo parecido. Luego por la noche, agarraba su guitarra y se iba a tocar rhythm & blues a cualquier garito de la zona, acompañado de algunos amigos (generalmente negros y mexicanos).
Zappa se presentó en 1965 en Los Angeles con su grupo recién creado, The Mothers Of Invention, a tiempo para formar parte del crisol del que surgiría el movimiento hippie, la música psicodélica, el rock progresivo, el jazz-rock, y en definitiva toda la contracultura de los años 60 y 70, convirtiéndose desde el primer momento en revulsivo y en referente para sus coetáneos. Desde ese momento y hasta su prematura muerte con apenas 52 años, se las ingenio para hacer una música diferente, generalmente demasiado adelantada a su tiempo, inclasificable y difícil, que mezclaba todo tipo de referentes musicales y culturales, e impregnada de un profundo sentido del humor por todos sus rincones.
Trató de alejarse pronto del sector más radical del movimiento contracultural libertario y revolucionario que dio lugar al mayo francés de 1968 y a las numerosas manifestaciones estudiantiles de Europa y América. Nunca estuvo a favor de ninguna acción violenta ni de destruir el sistema ni nada de eso, sino que más bien era partidario de infiltrarse en él y corromperlo desde dentro. Insistía en que prefería la evolución a la revolución. Esto, combinado con su activa postura contra el consumo de drogas (principalmente por cuestiones de salud mental, aunque no era partidario de que fueran ilegales), le granjeó la desconfianza de buena parte de la juventud de la época.
Él creía sin embargo en una revolución creativa. Un mundo libre donde los espíritus creativos pudieran expresarse como quisieran. Antes que verse asociado con los hippies, a los que consideraba complacientes con el sistema y atontados por las drogas (además de víctimas de la moda), prefería ser asociado a los freaks, los bichos raros de Los Angeles, que convertían su 'rareza' en arte y en estilo de vida. Una de sus frases recurrentes era "sin desviación de la norma, el progreso es imposible".
Zappa se consideraba a sí mismo compositor, pero en un sentido más amplio del que se le suele aplicar al término. Para él componer significaba organizar los diversos elementos con los que contaba para obtener una pieza terminada, y muchos de esos elementos podían ser extra-musicales, así que el resultado podía tener un aspecto bastante poco musical. Pero para él todo era música.
Comenzó a escribir notas sobre el papel muy pronto, antes incluso de ser capaz de imaginar cómo sonaban. Le atraía el aspecto gráfico del asunto, y le maravillaba que hubiera gente capaz de interpretar esos signos convirtiéndolos en la música que escuchaba en los discos que iba comprando. Él se sentía capaz de dibujar esos puntos sobre el pentagrama, sonara como sonase el resultado. Por supuesto, cuando lo oyó por primera vez, no le gustó nada. A partir de ahí estudió armonía y composición y trabajó con diferentes métodos, incluido el estricto serialismo dodecafónico, hasta conseguir llevar al papel la música que tenía en la cabeza. Otra cuestión era conseguir que esa música se llegara a interpretar alguna vez. En sus primeros años sólo pudo lograrlo en contadas ocasiones, como las mencionadas bandas sonoras y el concierto con la orquesta universitaria.
Con la creación de The Mothers Of Invention, y gracias a la paulatina inclusión de músicos capaces de leer esas partituras, consiguió desarrollar una herramienta de composición única. Dentro del formato de 'banda de rock & roll' podía escribir su música y probarla al instante con unos músicos capaces, y no sólo eso, sino que además disponía de un público numeroso y entregado, al que podía ver reaccionar ante la música noche tras noche. Durante los primeros años de giras Zappa iba escribiendo música metódicamente en las habitaciones de los moteles, mientras los demás miembros de la banda salían por ahí a arrasar las ciudades por donde pasaban.
Mezclando las historias que sus músicos y técnicos le contaban al día siguiente con las partituras que iba escribiendo él, preparó la música y el guión de la película 200 Motels, que rodó y estrenó en 1971. En la película, a pesar de ser sólo una versión truncada del proyecto original (que no se pudo realizar por falta de tiempo y presupuesto), se mezclan varios de los aspectos del mundo creativo de Frank Zappa. En la parte sonora, hay música de orquesta interpretada por la Royal Philharmonic Orchestra, hay rock & roll interpretado por The Mothers Of Invention, y también hay combinación de ambas cosas. Y en la parte textual y narrativa, hay historias de carretera, descripciones de aspectos estúpidos de la sexualidad humana, comedia, y también historias completamente fantásticas y oníricas, como una especie de fábula surrealista donde se mezclan criaderos de salamandras y aspiradoras industriales enamoradas.
En el aspecto formal trabajó con la tecnología más avanzada, siendo una de las primeras películas de largometraje íntegramente rodadas en cinta de vídeo. Sacando provecho de la adversidad, dado que no había conseguido rodar todo el guion original, reconvirtió el material rodado desbaratando el orden original de la historia y alternando momentos temporales diferentes, lo que si bien hacía finalmente incomprensible la trama de la película la dotaba de una extraña coherencia.
Muchas de estas ideas se irían desarrollando en su obra posterior. Siguió trabajando en su música para orquesta hasta conseguir estrenar algunas de sus piezas más ambicionas en los años 80, cuando, después de trabajar con Pierre Boulez y la Orquesta Sinfónica de Londres, dejó casi definitivamente de componer para orquesta, centrándose en sus composiciones para Synclavier, una sofisticada computadora musical pionera en los sonidos electrónicos con la que trabajó casi exclusivamente en sus últimos años. Por otra parte fue creando nuevas y diferentes formaciones de su banda de rock & roll (que a partir de finales de los años 70 dejó de llamarse 'The Mothers Of Invention' para pasar a ser conocida sencillamente como 'Zappa'), desde el pequeño grupo de comedia hasta la big-band eléctrica con poderosa sección de viento, dando conciertos año tras año por todo el mundo y grabando horas y horas de material con el que trabajar más tarde en el estudio.
Porque en los conciertos en directo es donde realmente podía dar rienda suelta a sus dotes para la improvisación, donde podía obtener ese material único que nunca podría conseguir en un frío estudio de grabación. Zappa llamaba a sus solos de guitarra 'composiciones al instante', o también 'esculturas en el aire'. En mitad de cualquier tema perfectamente ensayado, se podía incluir una sección libre sin límite temporal y casi sin límite armónico donde mientras la banda creaba un acompañamiento a veces minimalista, Zappa se acomodaba e iba sacando de su guitarra una a una todas las notas que se le pasaban por la cabeza. Estas improvisaciones podían aparecer posteriormente aisladas de su contexto en álbumes como Shut Up 'N Play Yer Guitar ("Cállate y toca la guitarra", 1981), y en algunos casos eran transcritas a papel pautado por gente como el guitarrista Steve Vai, convirtiéndose en ocasiones en la base de otros temas o de ambiciosas composiciones para orquesta sinfónica.
Pero a Zappa no sólo le gustaba improvisar con su guitarra. Desde muy pronto desarrolló una técnica gestual para poder improvisar con orquestas y bandas de rock & roll, utilizándolas como si fuera un instrumento. Pactaba con los músicos una serie de gestos que hacía con las manos o con su cuerpo, y que podían surgir en los momentos más insospechados. Una banda bien entrenada podía dar resultados sorprendentes con esta técnica. A una señal podían convertir cualquier canción con un arreglo reggae, o dar todos un grito o una pedorreta al unísono, o cambiar la tonalidad, el tiempo, etc.
Por supuesto, en el mundo de la improvisación siempre se corre el riesgo de que el resultado sea un desastre, y así ocurría a veces, pero también se podían dar momentos realmente mágicos. Por ello como ya hemos dicho intentaba grabar todos y cada uno de los conciertos, para poder rescatar esos momentos irrepetibles y editarlos luego en álbumes o películas.
La pasión de Zappa por el cine le venía desde muy joven, y se formó a base de ver películas de terror y de ciencia ficción de serie B durante los años 50. En el instituto destacó haciendo cortos experimentales de animación en los que pintaba formas abstractas directamente en los fotogramas ya emulsionados, y además solía ir a todas partes con su cámara de Super 8 rodando todo tipo de imágenes que luego mezclaba y superponía. En ocasiones proyectaba estas películas que hacía como acompañamiento a improvisaciones musicales en el garaje de algún amigo, y desde que formó The Mothers Of Invention hasta el final, siempre tuvo en mente algún proyecto cinematográfico más o menos ambicioso, aunque realmente sólo pudo llevar a cabo un puñado de ellos, y todos con bastante esfuerzo.
La concepción que tenía de su cine era en realidad muy similar a la que tenía de su música. En películas como Uncle Meat ("Tío Carne", comenzada en 1968 y acabada en 1982), se mezclan momentos temporales diferentes y alternativos, la historia avanza y retrocede, se repiten escenas desde puntos de vista diferentes, o con los personajes cambiados. Asistimos a los ensayos de las escenas, vemos cómo se realiza el montaje de la película mientras se está rodando (la montadora es la protagonista), al director dando instrucciones, al cámara preguntando qué están haciendo, etc. Todo mezclado en un aparente caos de repeticiones y frases sin sentido recurrentes, que finalmente convierten a la película realmente en algo más parecido a una composición musical que otra cosa.
En otras películas como Baby Snakes (1979) o Dub Room Special (1982) alterna imágenes de la banda en directo con la animación del genial Bruce Bickford, un artista único con la plastilina y el barro. Aquí, imágenes y música se mezclan de mil formas inauditas.
Y mientras tanto, iba editando álbum tras álbum de canciones y de música con sus diferentes bandas y orquestas hasta llegar casi a setenta títulos. Y en ellos se pueden encontrar desde las piezas instrumentales más sofisticadas hasta canciones paródicas con títulos como "¿Por qué me duele cuando meo?" o "Nena, quítate los dientes". Todo mezclado, alternando los momentos más sublimes con los más absurdos. No en vano, una de sus máximas era "cualquier cosa en cualquier lugar en cualquier momento por ninguna razón en absoluto", lo que él llamaba AAAFNRAA (en inglés "Anything Anytime Anywhere For No Reason At All"), y que explicaba con su teoría sobre el tiempo según la cual 'todo está sucediendo todo el tiempo' y con su teoría sobre el universo y la 'gran nota' como materia prima universal. Para él el universo estaba hecho de vibraciones, y consideraba que todas esas vibraciones eran sólo armónicos de una gran nota universal que era la base de todo lo existente. Por otro lado, consideraba al tiempo como una 'constante esférica', y pensaba que sólo nuestra incapacidad perceptiva nos impedía ver el futuro o el pasado, y que el 'antes' y el 'después' sólo dependían de nuestro limitado punto de vista.
Si para Zappa el acto de componer consistía en organizar el material disponible de un modo más o menos musical, lo mismo podría decirse de su forma de escribir. Las letras de sus canciones, sus historias y los textos que acompañaban los discos procedían en buena parte de su imaginación, de su capacidad para inventar historias fantásticas, pero también en gran medida de sus experiencias personales, y sobre todo de las experiencias personales de sus colaboradores. Si durante alguna gira ocurría algo divertido o extraño, lo más probable es que acabara convertido en argumento de una canción. Sobre todo si había sexo implicado.
Además de esto, que él solía llamar 'antropología de campo' (y que se documentaba en horas y horas de entrevistas a los implicados, que luego podían ver la luz en alguno de sus proyectos), también son abundantes las referencias a colectivos sociales y políticos, normalmente en tono paródico. Cualquiera podía ser víctima de sus ironías: judíos, musulmanes, cristianos, mujeres, hombres, republicanos, demócratas, blancos, negros, los músicos de todos los estilos, los sindicatos, jueces, policías, ladrones, violadores, telepredicadores, etc. Otra de sus frases recurrentes era que desde su punto de vista el principal componente del universo no era el hidrógeno, sino la estupidez, así que le parecía lo más natural hablar sobre ella.
Zappa consideraba su obra como un todo, lo que él llamaba el proyecto/objeto, una macroestructura u organismo general, un objeto formado a partir del desarrollo de diversos proyectos. Cada álbum (portada incluida, especialmente las del genial ilustrador Calvin Schenkel, uno de sus grandes colaboradores), cada concierto, cada entrevista, cada texto, cada película, etc., son partes integrantes de la obra de arte total, y a través de todas ellas fluyen unos elementos estructurales y temáticos controlados conscientemente que él llamaba continuidad conceptual, la cual se hace evidente mediante pequeñas claves o pistas que van apareciendo aquí y allá. Un caniche, unas pinzas incrustadas de circonita o la música de una serie de televisión pueden aparecer repetidos de la forma más absurda en los lugares más insospechados. Sólo porque sí.
Dentro de esa estructura general había planes y también lo que él llamaba no-planes. Es decir, todo estaba medido y controlado (nada es casual en la obra de Zappa), pero siempre había una puerta abierta al azar, lo cual significa no sólo que se habilite un espacio definido para la improvisación, sino que además algunos elementos azarosos pueden convertirse finalmente en parte integrante del mencionado proyecto/objeto. Al ir absorbiendo y asimilando los efectos del azar, la forma final de cada proyecto puede ser muy diferente a la forma planificada originalmente, y esto, lejos de suponer un problema o un fracaso, es asumido como parte integrante del proceso creativo, y en muchos casos el resultado se convierte en origen de nuevos proyectos. Obras como Lumpy Gravy (1968) o Joe's Garage Acts I, II & III (1979), dos de sus discos más emblemáticos, obtuvieron su forma final después de algunos complicados giros del destino.
La clave de todo este proceso creativo es la consciencia de que tal proceso existe. No sólo Zappa como compositor es consciente del proceso creativo, también sus músicos y colaboradores, como instrumentos de composición, son conscientes y partícipes de ese proceso, y sus actitudes, habilidades y limitaciones (las cosas que les hacen especiales: "¿Qué sabes hacer que sea fantástico?") son utilizadas para dar forma a la obra final. Y en el caso de los conciertos, también se juega con el hecho de que el público es consciente del proceso, y en ocasiones se le invita a ser partícipe del mismo. Así, el emisor, el medio y el receptor se convierten ellos mismos en parte del mensaje emitido.
Como vemos, Zappa tenía mucho de artista conceptual, y tenía las ideas muy claras sobre su propia obra y sobre muchas otras cosas. Estaba siempre dispuesto a hablar y a dar su opinión sobre cualquier tema. Voraz devorador de los informativos y documentales de televisión, concedió cientos de entrevistas en las que estaba dispuesto a tratar cualquier tema que el entrevistador se atreviera a sacar. Además siempre tuvo en proyecto hacer su propio programa televisivo de entrevistas y actualidad, su propio night-show. Aunque nunca lo consiguió, sí que participó de invitado en numerosos programas de radio y televisión, sobre todo a partir de 1985, cuando inició su campaña a favor de la libertad de expresión y declaró ante una comisión del Senado de los Estados Unidos contra una asociación de esposas de senadores que pretendía clasificar los discos por su contenido, y etiquetarlos como 'violentos' o de 'contenido sexual explícito' y cosas así. En su declaración se pudieron escuchar cosas como: "Masturbarse no es ilegal. Y si no es ilegal hacerlo, ¿por qué ha de ser ilegal cantar sobre ello?"
Siguiendo esta línea de lo que casi podríamos llamar activismo político, ideó una empresa llamada ¿Por qué no? con la que pretendía plantear una nueva forma de hacer negocios, sobre todo con la Europa del Este durante el proceso de disolución de la Unión Soviética. Esto le llevó a viajar a Rusia, Hungría y Checoslovaquia, país este último donde trabó amistad con el presidente Vaclav Havel, que le propuso convertirse en asesor de su gobierno. Como tantas otras veces, el proyecto se quedó sólo en eso. Más adelante comenzó a plantearse seriamente presentarse a la carrera por la presidencia de los Estados Unidos, pero el avanzado estado de su enfermedad le disuadió de hacerlo.
Frank Zappa descubrió que tenía un cáncer de próstata inoperable en la primavera de 1990, y luchó contra la enfermedad hasta diciembre de 1993, cuando su familia anunció que había partido para dar "su última gira". Durante esos años siguió trabajando en su estudio en varios álbumes y otros proyectos hasta el último momento, dejando finalmente tras de sí una ingente cantidad de material inédito almacenado en dos enormes criptas subterráneas, donde se acumulan cientos de cintas en todo tipo de formatos que abarcan el trabajo de más de tres décadas de imaginación y libertad creativa.
Éste es un texto que escribí en noviembre de 2003 para el catálogo de la exposición Al raso 2003: Abismos, donde se presentaban los trabajos de la beca para estudiantes de arte que Víctor Borrego dirige en el Valle de Lecrín, en Granada. Gracias a Fernando M.R., me habían invitado para dar una charla a los becarios sobre "Frank Zappa y la Gran Nota" el 22 de julio de 2003. —Román.
donlope@gmail.com