Paul Buff era un especialista en electrónica que había trabajado para el ejército, y que finalmente decidió montar su propio estudio en Cucamonga, un pequeño pueblo cerca de Ontario. Se fabricó su propia grabadora de cinco pistas -en ese momento el estándar de la industria eran las grabaciones en mono, y los equipos más avanzados se encontraban en manos de gente como el guitarrista Les Paul, que utilizaba una grabadora de ocho pistas-, y decidió dedicarse al negocio de la música pop produciendo discos para otros grupos y haciendo los suyos propios. Zappa se acercó a él a través de Ronnie Williams con la intención en principio de grabar jazz con músicos contratados y acabó participando en el proyecto de Buff hasta tal punto que acabó comprándoles el estudio.
© Román García Albertos