Ruta 66 nº 216, mayo 2005


Encuentros

Inmunes a las contrariedades

LOS MARAÑONES. Siete álbumes y dieciséis años de firme trabajo avalan la trayectoria de este trío, uno de los más persistentes y particulares supervivientes de pop nacional off-SGAE. La aparición de su nueva grabación, un compendio de ironía e inquietud musical, les trae a estas páginas. Y a mucha honra.

Texto: Mariano Fernández

Los Marañones
Tres tíos tranquilos, sin prisa por llegar a ninguna parte (foto: Zielinski)

Pocos poseen una carrera como la suya. Desde 1987, año en el que editaron el fundamental mini-elepé «Experiencia Negra», Los Marañones vienen facturando parte del mejor rock que se hace en este país. con motivo de la publicación de su séptimo disco, «El Mundo Al Revés» (ver Ruta 212), pillamos por banda (ancha) a Miguel Bañón, cantante y guitarrista, y a Román García, bajista del grupo. Esto fue lo que nos contaron...

¡Felicidades por el nuevo disco! ¿Ha costado mucho encontrar un sello para editarlo?

Miguel - No, precisamente lo teníamos muy cerca, pues lo edita Perdición, que pertenece a Joaquín Talisman, antiguo guitarrista del grupo. Si te refieres a la tardanza en salir el disco ha sido por otras causas...

Román - La idea de editarlo en el sello de Joaquín siempre estuvo ahí.

¡Ah!, leí en una entrevista a Los Lunáticos (grupo del que Miguel forma parte también), que el disco estaba hecho y que esperabais a alguien que tuviera narices de sacarlo...

M - Seguramente dije "cojones" y no "narices", era como señalar el riesgo que supone sacar un disco así. Pese a que lo de Joaquín lo teníamos fijo, estuvimos moviendo el máster un poco por otros sitios, son cosas que se suelen hacer cuando no hay un sello grande que te respalde. Finalmente, la aparición del disco iba a casi coincidir con la de «Con La Música A Otra Parte» de Los Lunáticos, y decidimos retrasarla para que no se estorbaran. De todas formas el disco no se iba a pasar de moda.

Ricardo Perpén, Carlos Campoy, Joaquín Talismán... Dais la impresión de estar bien avenidos, de ser una gran familia.

M - Bueno, digamos que nos cuesta perder el contacto con la gente que ha pasado por aquí, hemos tenido suerte con las amistades.

R - Además, nos gusta trabajar con gente con la que nos sintamos cómodos. Gente como Carlos, Joaquín, o Javi Toral, el técnico de sonido, lleva implicada en el proyecto marañón desde hace mucho tiempo. Nos entendemos muy bien y hay una complicidad muy productiva.

¿Cuántas veces habéis estado a punto de mandarlo todo al carajo y pasar del grupo?

M - Creo que nunca nos ha pasado por la cabeza, ha habido algunos momentos de replanteamiento forzoso cuando se marchó Ricardo, o cuando lo hizo Joaquín, por ejemplo. Pero nos podrían tildar de "hombres tranquilos" porque nunca nos inquietamos con las contrariedades. Al revés, los cambios nos animan más.

R - A veces hay que tomarse tiempo para replantearse las cosas o para dar salida a otros proyectos, pero cada vez que editamos un disco comenzamos a pensar en el siguiente. Somos muy cabezones. Aunque a veces dan ganas, sobre todo contestando entrevistas.

¿Vivís del rock'n'roll?

M - Sí, no me quejo.

R - Yo no, pero tampoco me quejo.

¿Qué os llevó a formar Los Marañones?

M - Es una larga, larguísima historia. Básicamente, llevábamos desde los catorce años haciendo canciones juntos en casa y llenando cassettes de elepés infructuosos, por lo que decidimos dar a conocer al resto del mundo tanto deleite privado.

R - Era nuestro regalo a la humanidad.

¿Qué papel desempeñaba Ricardo Perpén (antiguo miembro del grupo y habitual colaborador en la composición aún en la actualidad) en Los Marañones de 1987?

M - Prácticamente el mismo que ahora pero con la diferencia de que tocaba la guitarra y hacía voces en el grupo, mientras que actualmente compone cómodamente desde su casa. Ricardo no obstante es esencial en el grupo, sin él no sería lo mismo.

R - Ya estamos empezando a pensar en canciones para el próximo disco.

¿Qué o quién era la causa de la alucinación rythm & blues del primer, y parte del segundo, disco?

M - Nuestra principal alucinación, o como quieras llamarla, ha sido la de las canciones por si solas, y lo sigue siendo. Aún hoy seguimos flipando gambas, no hay más que oír las letras de «El Mundo Al Revés», aunque ahora quizás seamos más satíricos y eso conecta un poco más con el mundo real.

A finales de los 80, Los Enemigos, Los Deltonos y vosotros mismos teníais muchas cosas en común: tirabais de sonidos enraizados en la tradición blues, cantabais en castellano, erais muy buenos en directo (salvando los días caóticos de Josele, claro), había una escena. ¿Qué diferencias fundamentales encontráis entre los tres grupos en aquel período?

M - El elemento común más significativo es que en aquella época los tres grupos éramos formación de trío: guitarra, bajo y batería. Los Deltonos eran más bluseros, Los Enemigos rock castizo y desgarrrado, y nosotros estábamos más en la tradición de grupos forjados en la segunda mitad de los 60 en Inglaterra que mezclaban rock, rythm & blues, pop, psicodelia... como Cream, The Kinks, Traffic, Jimi Hendrix, Syd Barret o los Who, por no hablar de los Beatles, claro. Probablemente hubo influencias recíprocas.

R - Además, yo creo que más allá de coincidencias o diferencias estilísticas, que a la larga se ve que son en muchos casos coyunturales, lo que nos unía, con ellos y con unos cuantos más, era una forma de hacer las cosas, una actitud común. A la hora de subir al escenario, ofrecíamos rock, y añádele los matices que más te gusten a la palabreja, en directo, sin trampa ni cartón, en español y sin disfraces, algo que yo creo que era bastante raro entonces.

¿Qué os han parecido sus carreras posteriores?

M - Ambos han ido evolucionando por derroteros muy distintos. Los Deltonos, que han demostrado ser tan perseverantes como nosotros, fueron desde el blues hasta el power-blues y del power-pop al country-rock. Muy buenos los dos discos de Hank y el último de Deltonos. Los Enemigos tuvieron épocas más densas y duras, y finalmente fueron evolucionando hacia lo que es ahora Josele Santiago en solitario, con canciones más desnudas y cargadas de honestidad, magnífico.

R - Yo creo que son excelentes, y sobre todo, que han seguido creyendo en lo que hacen, y eso se nota. Siempre mirando hacia delante.

¿Cómo componéis las canciones?

M - Ponemos letra a la música y ya está, no hay ningún secreto ni método concreto.

R - Alguna vez hemos intentado ponerle música a las letras, pero no daba resultado.

Pop, rock, funk, blues, bossa... ¿No le hacéis ascos a la buena música, sea cual sea el estilo que salga, no?

M - Nos interesa más la calidad de la canción que los estilos, grupos de etiquetas ya hay muchos.

R - Normalmente hacemos las canciones sin pensar en esas cuestiones, las trabajamos, las grabamos, y luego llega alguien, a veces incluso nosotros mismos, la oye, y dice que suena a tal cosa o a tal otra. Pues vale. Suene a lo que suene, si nos gusta el resultado, iremos adelante, y si no, la guardaremos en el cajón. De todos modos, todavía tiene alguien que explicarme qué es eso de la "buena música".

¿Antes músicos u oyentes?

M - Creo que para el músico está implícito tener inquietud por oír todo lo que se hace, para mí es una necesidad casi vital, además, de lo contrario podrías terminar mirándote al ombligo, y eso no es bueno.

R - Desde muy pequeños nos juntábamos a escuchar discos y a tocar las guitarras, así que siempre ha ido todo junto. Siempre hemos estado rodeados de discos y de instrumentos.

Evidentemente, las letras no son nada secundario para vosotros. ¿Quién es el principal letrista y en qué se inspira para hacerlas?

M - Al principio, el principal letrista era Román y yo hacía alguna, ahora es al revés. Sin embargo, siguen manteniendo el mismo espíritu desenfadado y surrealista, de humor absurdo, o como lo quieras llamar. No nos inspiramos en nada concreto, sino que van saliendo letras que refuerzan las melodías, dependiendo que estas trasmitan sensaciones oníricas, surrealistas, o simplemente chocantes. Siempre hay una carga irónica, y cada vez más, un leve contacto con la realidad para disparatarla y escapar de ella, llevándola así a otra perspectiva. En definitiva, es el mundo de la imaginación al poder.

R - Las letras las trabajamos mucho, a veces haciendo retoques hasta el día de la grabación, o incluso después. Nos gusta tomarnos mucha libertad a la hora de juntar palabras, pero luego somos muy exigentes con el resultado.

Escoged cinco discos cada uno. Al menos uno ha de ser español...

M - Para mí cinco discos es injusto porque son pocos. Así que, a regañadientes: «Tonight's The Night» de Neil Young. «Revolver», Beatles. «Axis, Bold As Love», Hendrix. «Beggars Banquet», Stones. «Las Golondrinas Etcétera», de Josele Santiago.

R - Con cinco discos no hay ni para empezar, pero en fin, si jugamos, jugamos. Por no repetir, y según me vienen a la cabeza, te diría: «Blood On The Tracks», de Bob Dylan. «Joe's Garage Acts I, II & III», Frank Zappa. «Who's Next», The Who. «Discipline», King Crimson. Y «Veneno», de Veneno.

Podríais decirme cuál ha sido el último músico que os haya gustado.

M - Ron Sexsmith.

R - Outkast.

Describid «El Mundo Al Revés», a ver si convencéis a alguien que no os conozca de nada para que se lo compre:

M - De cómo disfrutar con la música, dejando a un lado convencionalismos.

R - Un disco muy fresco, que se deja escuchar una y otra vez, ganando con el tiempo. Una buena adquisición, porque un disco de Los Marañones es para siempre.


Los Marañones