(Philadelphia '76, diciembre de 2009)
FZ—guitarra, voces
Bianca Odin—voces, teclados
Ray White—voces, guitarra rítmica, cencerro
Eddie Jobson—teclados, violín
Patrick O'Hearn—bajo, voces
Terry Bozzio—batería, voces
Las moscas son verdes y zumbonas en su calabozo de la desesperación.
Los prisioneros se quejan y se mean en la ropa, y se rascan el pelo enmarañado.
Una tenue luz que viene de una ventana a cien yardas de distancia
es todo lo que llegan a conocer de la vida diaria normal.
Y huele tan mal que las piedras se ahogan
y lloran lágrimas verdosas
en la sala donde está funcionando el fuelle gigante para el fuego.
Y la tortura nunca acaba,
la tortura nunca acaba,
la tortura,
la tortura,
la tortura nunca acaba.
Cieno y podredumbre, ratas y mocos, y vómito en el suelo.
Cincuenta horribles soldados, tío, sostienen sus lanzas junto la puerta de hierro.
Cuchillos y púas y pistolas y todas las demás herramientas para causar dolor.
Y un enano siniestro con un cubo y una fregona donde la sangre se cuela por el sumidero.
Y huele tan mal que las piedras se ahogan
y lloran lágrimas verdosas
en la sala donde está funcionando el fuelle gigante para el fuego.
Y la tortura nunca acaba,
la tortura nunca acaba,
la tortura,
la tortura,
la tortura nunca acaba.
Las moscas son verdes y zumbonas en su calabozo de la desesperación.
Un príncipe malo se come un cerdo humeante en una cámara justo al lado.
Se come los morros y las pezuñas primero.
El lomo y las criadillas se dispersan pronto.
Su estilo para trinchar está muy bien ensayado.
Se planta y grita:
Que todos los hombres sean malditos.
Que todos los hombres sean malditos.
Que todos los hombres sean malditos.
Que todos los hombres sean malditos.
Y a discrepar, bueno, nadie se atreve.
Por supuesto es el mejor de los peores
(por supuesto es el mejor de los peores),
si se ha hecho algún mal, él lo ha hecho primero
(si se ha hecho algún mal, él lo ha hecho primero).
Y huele tan mal que sus huesos se ahogan,
y lloran lágrimas verdosas.
En la noche de la salchicha de hierro,
donde la tortura nunca acaba,
la tortura nunca acaba,
la tortura,
la tortura,
la tortura nunca acaba.
Las moscas son verdes y zumbonas en su calabozo de la desesperación.
¿Quién es toda esa gente que ha encerrado allí arriba?
¿Están locos?
¿Son santos?
¿Son ceros que alguien pintó?
Nunca se ha explicado desde que se creó,
pero un calabozo como el pecado
no requiere nada sino encerrar
de todo lo que ha sido.
Mírala a ella.
Míralo a él.
Con eso es con lo que estamos tratando.
Con eso es con lo que estamos tratando.
Con eso es con lo que estamos tratando.
Con eso es con lo que estamos tratando.
FZ: ¡Gracias!
No intentaste llamarme, ¿por qué no lo intentaste?
Estoy tan solo.
No importa a quién lleve a casa, sigo diciendo tu nombre,
y tú (te necesito tanto), eres la única, nena.
Dime, dime, quién te está amando ahora,
porque me preocupa y no puedo dormir.
Me quedé en casa el viernes sólo para esperar tu llamada
y tú no intentaste, no intentaste, no intentaste,
no intentaste llamarme.
¿Por qué no lo intentaste? Estoy tan solo.
No importa a quién lleve a casa, sigo diciendo tu nombre,
oh, tú (te necesito tanto), eres la única, nena.
Dime, dime, quién te está amando ahora,
porque me preocupa y no puedo dormir.
Me quedé en casa el viernes sólo para esperar tu llamada.
No sé decir lo que está bien o lo que está mal,
lo único que tienes que hacer es llamarme, nena.
Me haces sentir tan excitado, chica,
me quedé tan colgado de ti desde el momento en que nos conocimos,
que no importa cuánto lo intente, no puedo evitar que las lágrimas
corran por mi cara,
estoy completamente solo en este lugar.
No intentaste llamarme,
no intentaste llamarme,
no intentaste llamarme,
no, no, no, no, no,
no intentaste llamarme,
por la mañana temprano, sí,
tarde en la noche, sí,
no intentaste llamarme,
no intentaste llamarme...
FZ: ¡Bianca! La siguiente parte de nuestro programa presenta a nuestra encantadora sección rítmica en una canción titulada "Mars Needs Women" ("Marte necesita mujeres").
FZ: ¡Gracias!
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un hombre como yo?
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un hombre como yo?
Él era del tipo Playboy (fumaba en pipa),
su frase favorita era: "¡LO NUNCA VISTO!"
Tenía un Setter Irlandés.
Era un bar de solteros, un martes por la noche,
la luna estaba baja, la banda tocaba bien,
bailaron el Bump juntos.
Qué vista tan espléndida,
los dientes de ella eran blancos,
las bebidas eran baratas (era la Noche de las Damas),
estaba contento de haberla conocido.
Ella era una chica de oficina ("Mi nombre es Betty"),
su grupo favorito era HELEN REDDY
(hablaron del tiempo).
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un hombre como yo?
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un hombre como yo?
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un...?
nena, ¿no quieres un...?
nena, ¿no quieres un...
hombre?
Ella era del tipo solitario, un poco demasiado bajita,
sus chistes eran estúpidos y su deporte favorito
era el hockey (en invierno).
Él estaba muy impresionado y se dio prisa en sugerir
que un deporte con un DISCO tenía que ser el mejor
mientras le daba con el codo (¿Lo pillas, cariño?).
Más tarde fueron a donde la música era más suave,
las velas goteaban, vieron un HIPPY DE VERDAD
que les sirvió la cena, ¡ahí está!
El arroz era integral, y pronto descubrieron
que la multitud que había llenado la habitación,
bueno, parecía hacerse cada vez más delgada.
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un hombre como yo?
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un hombre como yo?
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un...?
nena, ¿no quieres un...?
nena, ¿no quieres un...
hombre?
Se la llevó a un motel.
Ella no quería besarle, él intentó ignorarlo,
¡pero eso le hizo enfadar!
(¡Enfadado! ¡Me hizo enfadar!
¡Me hizo enfadar tanto
QUE PODRÍA HABER MATADO A ESA PERRA ASQUEROSA!)
La llamó guarra
(guarra, guarra, guarra...),
cerda
(cerda, cerda, cerda...)
y puta
(puta, puta, puta...),
perra
(perra, perra, perra...)
y zorra
(zorra, zorra, zorra...),
y ellá cerró la puerta
(¡la puerta!)
¡en un frenesí petulante!
(¡Un frenesí petulante!
¡Esto es un frenesí
petulante!
¡Soy petulante,
y tengo un frenesí!)
Ella llora en el sofá,
BU HU HU HU,
llora y llora,
BU HU HU HU HU HU,
llora y mira
a través de la cortina.
Él se monta en su coche
pero la batería falla,
así que pide usar el teléfono
y ella le hace una mamada,
y ése es el final de la historia.
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un hombre como yo?
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un hombre como yo?
Cariño, cariño,
nena, ¿no quieres un...?
nena, ¿no quieres un...?
nena, ¿no quieres un...
hombre?
Nena, ¿no quieres un hombre a veces?
No sabría decir de dónde viene,
pero he conocido a una mujer llamada Dinah-Moe Humm.
Se acerca y me dice: "Mira aquí, vagabundo,
tengo un billete de cuarenta dólares que dice que no puedes hacer que me corra.
¡No! Seguro que no puedes."
Se apostó con su hermana, que es un poco estúpida,
que podía demostrar en cualquier momento que todos los hombres son escoria.
No me importa que me llamara vagabundo,
pero supe enseguida que sí que se iba a correr,
así que me puse a ello.
Le arranqué la ropa interior, puse tieso el pulgar
y le apliqué rotación a su ciruela dulce.
Hurgué y froté hasta que la muñeca se me entumeció,
pero todavía no escuchaba ningún Humm de Dinah-Moe,
Dinah-Moe Humm.
Dinah-Moe Humm,
Dinah-Moe Humm,
¿de dónde viene esta
Dinah-Moe?
Llevo ya tres horas
y no he conseguido nada
de la Dinah-Moe, Dinah-Moe, Dinah-Moe,
de la Dinah-Moe Humm.
Tengo un punto que me pone caliente,
pero no has dado con él.
Tengo un punto que me pone caliente,
pero no has dado con él.
Tengo un punto que me pone caliente,
pero no has dado con él.
Tengo un punto que me pone caliente,
pero no has dado con él.
Pero no puedo entrar en ello
para sacarme de ello.
¡No! Tengo que salir de ello
para meterme de ello.
Tengo que entrar en ello
para sacarme de ello
pero tengo que estar fuera de ello
para meterme en ello.
(Me miró con ojos vidriosos
y una transpiración bovina en el área de su labio superior
y dijo, escucha esto, dijo...)
"Me tienes cansada
y no estás ni a mitad de camino
porque si mi cerebró está en otra parte
mi cuerpo se despreocupa."
Me froté la barbilla,
y dije: "Vaya, vaya, vaya"
¿Qué clase de cosa
podría poner en marcha a esta mujer?
El billete de cuarenta dólares dejó de importar
cuando su hermana se desnudó y se tumbó en el suelo.
Dijo que Dinah-Moe podría ganar la apuesta
pero que ella podía usar un poco de __ si yo todavía no había acabado.
Le dije que
sólo porque el sol
quiera un lugar en el cielo,
no es razón para asumir
que no le daría una oportunidad.
Así que le tiré del pelo,
le levanté las piernas
y le pregunté si tenía bichos ahí.
(¡Qué dices de bichos! ¡Yo no tengo bichos!)
Estaba arrodillada con el culo en pompa,
¡CULO EN POMPA!
yo estaba empujando y repartiendo,
¡EMPUJANDO Y REPARTIENDO Y...!
ella se rindió al sentimiento,
¡SE RINDIÓ DULCEMENTE!
y empezó a chillar.
Dinah-Moe miraba desde el borde de la cama
con los labios temblando y la cara roja,
algo de saliva cayéndole
por el borde de la barbilla,
mientras espiaba la condición
en la que se encontraba su hermana.
Chico, se estremeció y tembló,
y se apretó a sí misma,
mientras su hermana hacía un chiste
sobre su salud mental.
Hasta que finalmente Dinah-Moe
se rindió,
pero yo le dije
que lo único que necesitaba en realidad
era algo de disciplina...
Bésame el aura... Dora...
es angora de verdad.
¿Queréis algo más?
¿Aquí en la flora?
¿Y qué hay de ti, Fauna?
Puedo ver que Fauna quiere.
¿Qué hay de ti, Flora?
(¿Quiero?)
No sé, ¿quieres?
(No sé...)
Vamos, Fauna, trágatelo, Fauna, vamos, trágatelo.
(Bueno, sé que tengo que hacer algo sucio.)
Escucha, límpialo con esto.
Vale, ahora, mira,
¿crees que te podrían interesar
un par de pinzas incrustadas con circonita?
¿Qué piensas?
(Bueno, no sé si me gustan las pinzas lo bastante.)
¡Cada noche lo mismo!
Me dice que tiene un calambre en la lengua.
(Pero es que tengo un calambre en la lengua.)
Eso ya es viejo, Fauna, escucha,
sin excusas, esta vez no te quedas sin las pinzas.
Vamos a tener que esterilizarlas...
Vale, ¿estás lista?
No sabría decir de dónde viene,
pero he conocido a una mujer llamada Dinah-Moe Humm.
Se acerca y me dice: "Mira aquí, vagabundo,
tengo un billete de cuarenta dólares que dice que no puedes hacer que me corra.
¡No, no! Seguro que no puedes."
Se apostó con su hermana, que es un poco estúpida,
que podía demostrar en cualquier momento que todos los hombres son escoria.
No me importa que me llamara vagabundo,
pero supe enseguida que sí que se iba a correr,
así que me puse a ello.
Le arranqué la ropa interior, puse tieso el pulgar
y le apliqué rotación a su ciruela dulce.
Hurgué y froté hasta que la muñeca se me entumeció,
y sabes, escuché un Humm de Dinah-Moe,
un pequeño Humm de Dinah-Moe,
Dinah-Moe,
Dinah-Moe,
Dinah-Moe,
Dinah-Moe,
pequeña Dinah-Moe,
pequeña Dinah-Moe,
pequeña Dinah-Moe,
pequeña Dinah-Moe,
pequeña Dinah-Moe,
pequeña Dinah-Moe,
pequeña Dinah-Moe...
FZ: Ray White a la guitarra, Patrick O'Hearn al bajo, Terry Bozzio a la batería, Eddie Jobson a los teclados y violín, Bianca en las voces, pandereta y piano Fender Rhodes. Muchas gracias por venir al concierto, oh, ¡un minuto! Fido como caniche. Espero que lo hayáis disfrutado. ¡Buenas noches!
FZ: ¡Gracias! Bueno... Muy bien, aquí viene una cosita para que os pongáis en pie.
Chica, pensabas que era un hombre,
pero era una magdalena.
Estuvo rondando por ahí hasta que te diste cuenta
de que no sabía nada.
Chica, pensabas que era un hombre,
pero sólo estaba resoplando.
No se oyen gritos por la noche
como resultado de que esté rellenando.
Tendría que haberlo hincado ahí...
Chica, pensabas que era un hombre,
pero era una magdalena.
FZ: ¡Que cante todo el mundo! Vale, os diré la letra, es muy fácil. Porque la tengo que cantar tan grave que quizá no entendáis las palabras y si no tenéis el álbum Bongo Fury, nunca las sabréis. La letra dice: "Chica, pensabas que era un hombre, pero era una magdalena". Y luego decís: "Estuvo rondando por ahí hasta que te diste cuenta de que no sabía nada". Y luego decís: "Chica, pensabas que era un hombre, pero sólo estaba resoplando". ¡Eso es! Y luego decís: "No se oyen gritos en la noche como resultado de que esté rellenando". Vale. Esperad...
Chica, pensabas que era un hombre,
pero era una magdalena. (Eso es.)
Estuvo rondando por ahí hasta que te diste cuenta
de que no sabía nada.
FZ: Un gran efecto coral.
Chica, pensabas que era un hombre,
pero sólo estaba resoplando. (¡No seais tímidos! ¡No seais tímidos!)
No se oyen gritos por la noche
como resultado de que esté rellenando.
FZ: Siempre he pensado que la gente de esta ciudad era muy musical. Pensaba que si había algún lugar en el mundo donde podíamos conseguir verdadera participación del público en directo tenía que ser en Philadelphia. Quiero decir... Pensad en mí como una especie de Dick Clark más viejo y más siniestro. ¿Sabéis lo que quiero decir? Bien, bien. Aquí está, damas y caballeros, ésta es la base de la comunicación en la América de hoy en día. Me gustaría que todos y cada uno de vosotros se levantara para saludar a la bandera. Aquí está. Ésta es vuestra herencia americana, aquí mismo. 200 años y esto es todo lo que tienes. Ahí mismo. ¡Quizá en 200 años más puedas tener esto! Y, si la evolución sigue su curso natural, en 1000 años lo podrás hacer con los pies, si es que todavía tienes.
FZ: ¡Ray! ¡Patrick! ¡Terry! ¡Eddie! ¡Bianca! ¡Fido! Richard Nixon ahí fuera en la... Gracias por pasarte, Dick. Tiene buen aspecto. Tiene mejor aspecto del que le he visto en semanas. Gracias por venir al concierto. Buenas noches.
Todas las canciones escritas por Frank Zappa